El Bien Y El Mal
Una de las grandes reflexiones a las que debe enfrentarse
todo sujeto viviente con un mínimo de interés por comprender un poco su vida, y
debería hacerlo alejado de las moralinas de las películas de superhéroes tan de
moda hoy en día ¿Qué es eso del bien y
el mal?
La datación oficial de este cuestionamiento tiene origen
en el siglo V antes de cristo, cuando pensadores y filósofos griegos observaron
y estudiaron reflexionaron sobre el proceso de como comenzaban a llegar rumores
y noticias de las costumbres de los pueblos vecinos, muchas tomadas con asombro
y disgusto, y clasificadas socialmente como malas, desde su punto de vista.
Dicha reflexión de lo bueno y lo malo no surge de un
enfrentamiento entre fuerzas del bien absoluto y fuerzas del mal absoluto, simplemente
surge del enfrentamiento a lo diferente, y a su necesidad de compararlo frente
a lo cotidiano, que siempre pasa más desapercibido por la costumbre.
¿Existe el bien y el mal?
Sería inútil gastar muchas palabras reintentado
justificar que no existen el bien y el mal absolutos, que dependen del punto de
vista del que juzga.
Vivimos en un mundo con diversas culturas, y las
costumbres, ideologías y creencias varían de los sujetos de una a otra, de ahí
el concepto antropológico de relativismo cultural, incluso muchas de las
sociedades, como la nuestra, no son homogéneas, hay multitud de opiniones
diferentes conviviendo.
También es cierto que pese a creer en lo anteriormente
dicho actualmente se suelen caer en dos fallos muy comunes por los que creemos
en nuestros conceptos por encima de ningún otro:
Absolutizar nuestras creencias pensando que los demás
opinan como nosotros.
Creer que para estar adaptado a una sociedad hay que
adoptar obligatoriamente sus creencias morales.
Cuando uno tiene en cuenta estos dos fallos comunes puede
observar que lo bueno y lo malo depende de cada uno y de su punto de vista
hasta que alguien viene y le dice que no es así, igual que un médico dice
“dejar de beber lejía sería bueno para usted” sin tener en cuenta que lo que
queremos es el suicidio, a cada afirmación sobre lo bueno o lo malo deberíamos
enriquecerla con el punto de vista del que procede “desde el punto de vista de
la salud sería bueno que usted dejara de beber lejía”, “desde mi punto de vista
creo que actúas mal” en vez de “creo que actúas mal”.
Para llegar al concepto útil de lo bueno y lo malo hay
que eliminar lo absoluto.
¿Qué es lo bueno y lo malo?
Entonces ¿Siempre va a existir alguien que vea
determinados actos malos como buenos y por ello hay que permitirlos?
Para empezar, cada sociedad ha heredado gracias a su historia y su
sociedad, unos conceptos sobre lo bueno y lo malo sobre los que establecer
juicios en beneficio de un determinado modo de vida con el que se han identificado,
aunque como hemos dicho, los tiempos y las personas cambian, y en ocasiones no
toda la sociedad se identifica con dichas normas, por lo que van cambiando, o
deberían.
¿Es el bien un espejismo?
cada sociedad tiene unas reglas que intentan sustentar
una moral , habría que partir sobre el denominador común de lo que defiende
cada sociedad, al menos mayoritariamente, para alcanzar un concepto universal
que marque la ruta del bien, tomando la ruta del malo como lo opuesto.
Dicho concepto común a todas las culturas lo encontramos
en la dignidad humana, defender al propio humano es lo racional, pues la razón
parte de él. Éste concepto de entrega al semejante no solamente está protegido
por las leyes y códigos morales de la mayoría de las sociedades, sino que
también es el mensaje que ha extendido mayoritariamente entre filosofías y
religiones del mundo, y a día de hoy parece irrefutable.
¿Y ya está?
NO. Todavía hay una problemática que surge de las
diferencias del propio concepto de dignidad humana, y todavía hoy sigue siendo
motivo de derramamiento de sangre como excusa-tapadera de otros intereses.
Se puede decir que el bien y el mal son una cuestión
filosófica porque es susceptible de la duda, y de que nuestra creencia en lo
bueno y lo malo varíe según vamos variando nosotros mismos.
Taijitu
El taijitu, representado el ideal del ying y el yang, nos
muestra como siempre hay fuerzas opuestas que se enfrentan, y de dicho
enfrentamiento surge la fuerza de la vida y la evolución de las cosas, además,
en cada una de las fuerzas se contiene una pequeña proporción de aquello a lo
que se enfrenta, una verdad paradójica.
Cada idea tiene su contraria, y la razón es la misma
desde cualquiera de los dos puntos de vista, siendo la única fuerza cierta
aquella que no se ve, que es la que surge del enfrentamiento entre dos
posturas.
Aplicando de forma práctica la lección del taijitu a
nuestra vida podríamos decir que por conveniencia, y supervivencia, tendríamos
que estar del lado que mejor respete la dignidad humana tal como quisiéramos
que respetaran la nuestra, sabiendo que siempre va a ser a costa de ejercer de
forma muda aquello a lo que nuestras creencias más evidentes se enfrentan
¿Acaso no encontramos esta paradoja en toda sociedad?
Aún afirmando que estamos en el lado del bien, hay que
tener en cuenta que el lado del mal no muere nunca, siempre está ahí, y cuando
crece demasiado se acrecienta su negación de forma natural, un rezo que de la
misma manera sirve a la fuerza que enfrentamos.
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