El color proporciona mayor adecuación a la
realidad, ya que el mundo es en colores, y una más amplia libertad para el
juego de carácter creativo. Los cineastas del cine en blanco y negro, no
obstante, llegaron a adquirir unas cotas altísimas de perfección fotográfica,
de contrastes entre luz y sombras y una sorprendente profesionalidad en el uso
de la iluminación.
La luz es un elemento imprescindible para
el lenguaje cinematográfico. Sin luz no hay cine. La iluminación crea sombras,
arrugas, rejuvenece o envejece, crea efectos psicológicos del personaje, en
función de donde se coloque cambia la atmósfera de una película. En claroscuro
está filmada, por ejemplo, El sur, de Victor Érice.
En el cine en blanco y negro lograron
algunos cineastas como Eisenstein o Fritz Lang dominar el mundo de luces y
sombras, dando a la sombra carácter protagonista, utilizando con maestría el
contraluz, el humo de hogueras y cigarros. La niebla y otros efectos se
realizaban con fines estéticos, para enfatizar la luz y las sombras y no
solamente con el fin de crear atmósferas y ambientes.
La luz se convierte en protagonista en la
película Lady Halcón (Lady Hawke, 1984) de R. Donner, llegando al máximo en la
secuencia final, en el eclipse, cuando al cambiar la luz por las sombras Lady
Halcón se convierte, de halcón, en persona. La utilización del color en
cineastas de las últimas generaciones, como Spielberg, que filma en blanco y
negro, o revira al blanco y negro tras filmar en color, mezclando algunos
toques de color como el vestido rojo de una niña y las llamas de una vela en La
lista de Schindler o determina el porcentaje de color al diez por ciento en
Salvar al soldado Ryan, (Saving Private Ryan, 1998) para crear la atmósfera de
horror hacia la guerra. Actualmente, en muchos casos, el cambio de color, o su
saturación e intensidad, se realiza por métodos digitales. Los operadores y
técnicos de fotografía saben dar a cada escena el tono, intensidad, o
saturación adecuada a la secuencia que se está filmando.
Usos del color en el cine:
El color pictórico. Intenta evocar el
colorido de los cuadros e incluso su composición.
El color histórico. Intenta recrear la
atmósfera cromática de una época.
El color simbólico. Se usan los colores en
determinados planos para sugerir y subrayar efectos determinados.
El color psicológico. Cada color produce un
efecto anímico diferente. Los colores fríos (verde, azul, violeta) deprimen y
los cálidos (rojo, naranja, amarillo) exaltan.
El color y la perspectiva
Los colores cálidos dan impresión de
proximidad, y los fríos de lejanía. También influye el valor de la intensidad
tonal de cada color: los valores altos, iluminados, sugieren grandiosidad,
lejanía, vacío... Los valores bajos, poco iluminados, sugieren aproximación.
Los fondos iluminados y claros intensifican
los colores, dan ambiente de alegría y los objetos tienen más importancia en su
conjunto. Los fondos oscuros debilitan los colores, entristecen los objetos que
se difuminan y pierden importancia en el conjunto.
El color sirve para centrar la atención,
favorecer el ritmo en la narración y en el montaje, y expresar con más fuerza
ciertos momentos.
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