General Juan Jose Flores
Juan José
Flores Aramburu (Puerto Cabello, 19 de junio de 1800 - Isla Puná, 1 de octubre
de 1864) fue un militar y político español americano, posteriormente
venezolano. Primer presidente de la República del Ecuador. Estuvo en el cargo
en tres oportunidades: de 1830 a 1834; de 1839 a 1843 y de 1843 a 1845.
Se destacó
como estratega del ejército gran colombiano, habiendo alcanzado el grado de
coronel antes de los treinta años de edad. Una vez consolidada la
independencia, fue designado por el Libertador Simón Bolívar como gobernador
del Distrito del Sur de la Gran Colombia. Distrito que posteriormente, al
escindirse de aquella, en 1830, pasó a convertirse en la actual República del
Ecuador, de la que fue investido como su primer presidente.
En 1823 llegó
al Ecuador en calidad de Comandante General del Ejército. Al año siguiente
regresó a Pasto con la misión de pacificarla; pues se encontraba convulsionada
debido a la inconformidad de sus habitantes. Logró dominar la situación
valiéndose de adulaciones y sagaces concesiones antes que de persecuciones y
matanzas. Durante los años 1828 y 1829 tuvo una brillante participación en la
defensa de los derechos territoriales del Distrito del Sur (Ecuador) de la Gran
Colombia, frente a las pretensiones del Perú. Contribuyó con su pericia militar
al triunfo del Mariscal Sucre sobre las tropas peruanas en Tarqui, lo que le
valió el ascenso al grado de General de División.
En 1830 llegó
a la cumbre de su vida política y carrera militar al ser nombrado primer
Presidente del Ecuador. Este cargo lo desempeñó en tres oportunidades hasta que
en 1845 fue obligado a salir del país luego de la derrota que sufrió en la
Revolución del 6 de marzo. Volvió en 1859 y sirvió en las campañas contra el
Perú y en la guerra civil al mando del presidente Gabriel García Moreno.
Flores,
designado prefecto del Departamento del Sur, buscó legitimar su administración
mediante un matrimonio con una mujer del territorio, escogiendo a la joven
aristócrata y terrateniente otavaleña Mercedes Jijón de Vivanco, que para
entonces contaba con apenas 13 años de edad, y era descendiente por línea
paterna de los Condes de Casa Jijón, título que llegó a disputar
infructuosamente con su primo Francisco Jijón.
El matrimonio
se llevó a cabo en la Catedral de Quito el 21 de octubre de 1824, en una
ceremonia presidida por el obispo Nicolás de Arteta y Calisto, en la que fueron
padrinos José Félix Valdivieso y su esposa Catalina Valdivieso Sánchez, y que
contó con la presencia de altos oficiales de la guarnición de la ciudad y
numerosos parientes de la novia.
La recepción
se llevó a cabo en los salones del Palacio de Carondelet, con toda la pompa y
la altura que Flores quería demostrar como Jefe y Comandante General que era
del Departamento del Sur, y para ello había mandado a pintar 22 retratos de los
Generales vinculados a la Independencia del territorio, que dispuso
originalmente en la galería del edificio, y después trasladó a su propiedad de
la Quinta El Placer.
El matrimonio
conformado por Juan José Flores y Mercedes Jijón de Vivanco tuvo once hijos,
cuatro varones y siete mujeres
En 1864,
Flores partió de Quito a combatir una expedición del ex presidente José María
Urbina en el Golfo de Guayaquil. Durante el Combate de Santa Rosa recibió un tiro
perdido en el bajo vientre del que nunca pudo sanar, muriendo el 1 de octubre a
bordo del vapor Smirck, cerca de la isla Puná.
Para su mejor
conservación, el cadáver de Flores fue introducido en un barril de alcohol y
trasladado en un barco de guerra desde Machala a Guayaquil, donde algunos
familiares esperaban con un lujoso ataúd para llevarlo hasta la ciudad de
Quito, donde le darían cristiana sepultura. Se dice que el barril de alcohol
quedó abandonado en el puerto, y que unos marineros se aprovecharon de él para
vender el líquido por botellas a un tabernero del Malecón, quien se encargó a
su vez de rematarlo en módico precio, cuidándose de no revelar la procedencia
del producto.
En su honor,
el presidente Gabriel García Moreno ordenó, mediante decreto ejecutivo expedido
el 8 de octubre de 1864, que en todas las provincias del país se celebraran
exequias de primera clase en honor al general Flores, que los empleados
públicos y militares vistieran de luto riguroso por tres días contando desde la
víspera de los funerales que tendrían lugar el 13 de octubre en la Catedral de
Quito, que la bandera del Palacio de Carondelet y los edificios públicos
permanecería a media hasta por el mismo tiempo y, finalmente, que se elaborara
un mausoleo de mármol con la inscripción: Al padre de la Patria, el pueblo
agradecido.
Desde
entonces, los restos mortales del general Flores, conjuntamente con los de su
esposa Mercedes Jijón de Vivanco, se encuentran en la cripta presidencial
dentro de la Catedral Metropolitana de Quito. Junto a ellos reposan, además,
otros personajes importantes como el mismo presidente Gabriel García Moreno, el
general Ignacio de Veintemilla, o los héroes independentistas Antonio José de
Sucre y Carlos de Montúfar.
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